EVA PERÓN "EL RENUNCIAMIENTO"
31 de agosto 2021.
Un día como hoy pero en 1951, Eva Perón anunciaba su decisión de rechazar su postulación como candidata a la vicepresidencia. Se desarrollaba el Cabildo Abierto del Justicialismo organizado por la CGT con delegaciones de todo el país.
Desde temprano una multitud va llegando a 9 de Julio y Belgrano, donde se ubica el entonces Ministerio de Obras Públicas y se levanta el palco con imágenes de Perón y Evita. Enormes columnas obreras con sus banderas lo van colmando.
El 2 de agosto la CGT ya había adelantado qué integrante quería para la fórmula que acompañase a Perón en las elecciones próximas de noviembre y ahora convocaba a este Cabildo Abierto para anunciarla.
Desde el palco un enorme cartel junto a las imágenes del matrimonio que en su propia composición supo sintetizar simbólicamente la alianza de los estratos populares y el Estado capitalista que representó el peronismo, decía: “Perón-Eva Perón: la fórmula de la Patria”. Durante su desarrollo las masas vitorean a Eva como su candidata a la vicepresidencia.
A pesar de sus expectativas no reciben un sí.
Extracto del discursos completos, Tomo II, Buenos Aires, Editorial Booket, 2012, págs. 342-344.
Compañeros, quiero comunicar al Pueblo Argentino mi decisión irrevocable y definitiva de renunciar al honor con que los trabajadores y el pueblo de mi patria quisieron honrarme en el histórico cabildo abierto del 22 de agosto.
Ya en aquella misma tarde maravillosa, que nunca olvidarán ni mis ojos ni mi corazón, yo advertí que no debía cambiar mi puesto de lucha en el Movimiento Peronista por ningún otro puesto.
Desde aquel momento, después de aquel diálogo entre mi corazón y mi pueblo, he meditado mucho en la soledad de mi conciencia y reflexionando fríamente he tomado mi propia decisión en forma irrevocable y definitiva, presentada ya ante el Consejo Superior del Partido Peronista y en presencia de nuestro jefe supremo el General Perón.
Yo, que he vivido varios años, los mejores de mi vida, junto al Gral. Perón, mi maestro y amigo, he aprendido de él a pensar y a sentir y a querer, teniendo como únicos ideales la felicidad del pueblo y la grandeza de la nación. La felicidad del pueblo, se concreta en el bienestar de trabajadores y en la dignificación de los humildes y en la grandeza de la patria que Perón nos ha dado y que todos debemos defender como la más justa, la más libre y la más soberana de la tierra.
Yo invoco en este momento el recuerdo del 17 de octubre de 1945, porque en aquella fecha inolvidable me formulé yo misma y ante mi propia conciencia, un voto permanente y por eso me entregué entonces al servicio de los descamisados, que son los humildes y los trabajadores.
Tenía una deuda casi infinita que saldar con ellos, que habían reconquistado a Perón para la patria y para mí.
No tenía entonces, ni tengo en estos momentos, más que una sola ambición. Una sola y gran ambición personal: que de mí se diga cuando se escriba este capítulo maravilloso que la historia seguramente dedicará a Perón, que hubo al lado de Perón una mujer que se dedicó a llevarle al presidente las esperanzas del pueblo, que Perón convertía en hermosas realidades y que a esta mujer el pueblo la llamaba cariñosamente Evita. Nada más que eso.
Evita quería ser cuando me decidí a luchar codo a codo con los trabajadores y puse mi corazón al servicio de los pobres, llevando siempre como única bandera el nombre del general Perón a todas partes.
Si con ese esfuerzo mío, conquisté el corazón de los obreros y de los humildes de mi patria, eso ya es una recompensa extraordinaria que me obliga a seguir con mis trabajos y con mis luchas. Yo no quiero otra cosa que este cariño.
Aceptar otra cosa, sería romper la línea de conducta que le impuse a mi corazón y darle la razón a los que no creyeron en la sinceridad de mis palabras, que ya no podrán decir jamás que todo lo hice guiada por mezquinas y egoístas ambiciones personales. Yo sé que cada uno de los descamisados que me quiere de verdad, ha de querer también que nadie tenga el derecho a descreer de mis palabras y ahora, después de esto, nadie que no sea una malvado podrá dudar de la honradez, de la lealtad y de la sinceridad de mi conducta. Estoy segura que el Pueblo Argentino y el Movimiento Peronista que me lleva en su corazón, que me quiere y que me comprende, acepta mi decisión porque es irrevocable y nace de mi corazón. Por eso ella es inquebrantable, indeclinable y por eso me siento inmensamente feliz y a todos les dejo mi corazón.”
Fuente: www.elhistoriador.com.ar
Etiquetas: miguel,